Kim Collins Maurice Greene Usain Bolt
La carrera perfecta
Montecarlo, Efe
José Antonio DIEGO
El nuevo atleta mundial del año,  Usain Bolt, de 1,95 de estatura, rompió en los Juegos de Pekín los moldes del  velocista clásico al recorrer los 100 metros en 41 zancadas y 9,69 segundos,  manteniendo durante 30 metros la más alta velocidad punta registrada por un ser  humano (43,902 kilómetros a la hora), pero aún tiene un amplio margen de mejora  en la primera mitad de la carrera.
El discípulo de Glenn Mills fue capaz  de mantener esa velocidad desde los 50 hasta los 80 metros -30 en 2,46  segundos-, y en los diez últimos, con todos sus adversarios muy atrás, se relajó  para celebrar por anticipado su medalla de oro, sin sospechar que estaba a punto  de batir el récord del mundo.
Procedente de los 200 metros, Usain Bolt  ha aprendido a correr la primera fase de la carrera de 100 consciente de que a  menudo las pruebas de velocidad se deciden no en la línea de meta, sino en la de  salida, y, sin embargo, no alcanza todavía los registros parciales de otros  atletas en esos primeros tramos.
Si se divide la carrera en diez tramos  de diez metros, se observa que Usain Bolt, a juzgar por los registros de la  final olímpica, en la que batió el récord del mundo, sólo es el más rápido en  los cuatro últimos decámetros, a partir de los 60 metros. Hasta ese punto, hay  otros atletas más rápidos que el jamaicano, todos ellos ya retirados, excepto el  cristobalense Kim Collins, inesperado campeón mundial en París 2003, que tiene  el récord parcial de los 10 primeros metros, con 1,67 segundos.
Por su  envergadura y su alto centro de gravedad, Bolt no puede competir en la partida  con atletas más ligeros, como Collins, de 65 kilos, pero su potencia le lleva a  igualar con el canadiense Bruny Surin y el estadounidense Maurice Greene el  minirrécord de los 10 a los 20 metros con un parcial de un segundo justo.
El territorio de Greene, que tuvo el récord mundial de los 100 metros en  9,79, se alarga justo hasta los 60 metros, distancia en la que todavía conserva  la mejor marca de todos los tiempos (6,39).
Greene cubrió en 1999 el  espacio entre los 50 y los 60 metros en 0,82 segundos, el mismo parcial que  Usain Bolt empleó en los Juegos de Pekín para recorrer el tramo entre los 60 y  los 70 metros. A partir de ese punto, la velocidad máxima del jamaicano  disminuye ligeramente, hasta terminar en 0,86 en el último decámetro. Saludando  y mirando a la grada.
La suma de los diez récords parciales por tramos  arrojaría una marca de 9,44 segundos para el hectómetro perfecto, todavía muy  lejana de la plusmarca de Bolt (9,69). Algunos científicos calculan que hasta el  año 2048 no se alcanzará un registro de 9,50.
De acuerdo con el vídeo de  la final olímpica de Pekín, Bolt empezó a distraerse y a festejar la victoria a  partir de la zancada 32.ª, pese a lo que nadie ha sido capaz de correr más  rápido que él los últimos metros, dada la inercia que llevaba. El dejarse ir de  Bolt en Pekín estuvo a punto de causar un conflicto entre la Federación  Internacional de Atletismo (IAAF) y el Comité Olímpico Internacional (COI)  cuando el presidente de éste, Jacques Rogge, recriminó al jamaicano lo que  interpretó como falta de respeto hacia sus rivales.
Ninguno de los  atletas que compartieron la final olímpica de 100 metros con Bolt se sintió  ofendido por sus gestos y en su actitud tampoco vio nada criticable el  presidente de la IAAF, Lamine Diack, que achacó a Rogge una «falta de respeto»  hacia el atletismo, por sus comentarios al respecto.
La IAAF, además,  premiaba el domingo a Usain Bolt con el galardón al mejor atleta de 2008,  palmarés en el que sucede al estadounidense Tyson Gay. Bolt mejoró en Pekín las  plusmarcas de los 100 metros (9,69), los 200 (19,30) y el relevo 4x100 (37,10).
El premio en categoría femenina fue para la rusa Yelena Isinbayeba,  campeona olímpica y «recordwoman» mundial de pértiga, con 5,05.
Fuente: lne.es
 

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