Juan Sarria 
Fui plusmarquista provincial de maratón / Llevo 32 años vinculado al atletismo / Soy hermano del humorista Manolo Sarria / Tras 38 años en Renfe queda cerca la prejubilación.
Toda una vida esperando que se celebre un maratón en  Málaga y, a meses vista de que su sueño se haga realidad, no podrá  correrlo. A sus 53 años Juan Sarria Cuevas, avanzadilla del atletismo en  la ciudad, está como a él le gusta decir «para correr cinco minutos».  Intervenido del tendón de Aquiles y tras una limpieza en el hueso  calcáneo del pie, hace tiempo que tuvo que renunciar.
Para el que no lo conozca, en 1991 logró el récord  provincial de la sufrida modalidad, con una marca apreciable de  2h.19:04, que costará batir el próximo lunes 6 de diciembre. Pero ya le  han superado Agustín Molina y el fondista del momento, el sampedreño  Javier Díaz Carretero. Para este veterano trabajador de Renfe es un  orgullo reconocerse como elemento destacado de la primera generación del  atletismo en Málaga. El cuarteto que formó con Azulay, Bandera y Calle  ganó en 4x400 en el Campeonato de España absoluto en San Sebastián a  comienzos de los ochenta (esos 3:14 siguen siendo récord provincial  actual) y tuvo que esperar a la aparición del mijeño José Manuel Cerezo  para que le desbancara en 800 (1:51.12).
Eran los tiempos del CAIM y del aloreño Juan Vázquez, del  ya fallecido Paco Sánchez o de féminas como María José Rumbado o Carmen  Lara. Lo suyo tenía mérito, en unas pistas de atletismo en Carranque  que aún no conocían el tartán. La superficie era un terrizo homogéneo.  «Ahora nuestros atletas jóvenes se hacen pruebas médicas tres o cuatro  veces al año, y toman medicamentos y vitaminas», relata con cierta  amargura, porque si hubiera nacido tres décadas después sus condiciones  atléticas hubieran valido más.
Juan Sarria empezó en el atletismo casi por casualidad,  por más que nació en la barriada de Carranque. Estudió en el colegio San  José Obrero y pasó a la escuela de aprendices de Renfe para cursar un  módulo de Formación Profesional para trabajar como mecánico y  electricista de ferrocarriles. El destino lo llevó a los 18 años a  Miranda del Ebro (Burgos), en una coyuntura política agitada. «Fue muy  duro, era la primera vez que salí de Málaga. Recuerdo que fui una vez a  Vitoria, que estaba a apenas 30 kilómetros y vi las tanquetas... Pensé  que estábamos en guerra».
El frío y una vida difícil le hizo aceptar la propuesta  de regresar a Málaga, para seguir en Renfe, aunque ya de vigilante  jurado. Juan seguía la misma trayectoria de su hermano Manolo, cuatro  años mayor, hasta que luego éste se hizo famoso como el componente  espigado del 'Dúo Sacapuntas'. Y no es que Juan no tenga gracejo. «Pero  yo, si cuento chistes, es solo con los amigos. No sirvo para un ámbito  tan grande como la televisión. A él sí que le va eso», explica.
Así que nuestro protagonista lleva 38 años como empleado  en Renfe (ahora es controlador) y está en la antesala de la  prejubilación, quizás a los 55. Más allá de eso, su vida ha quedado  consagrada al atletismo.
A los 21 años, ya de vuelta en Málaga, quería mejorar su  condición física y participar en la 'carrera de El Corte Inglés'. Eso le  llevó a Carranque. Su buena respuesta fue haciéndole picar el  gusanillo. A los 37 años, después de correr doce maratones (y acabar  todos menos dos), se retiró y se centró más en su faceta de entrenador  en el Cueva de Nerja, siempre de forma altruista. Por sus manos han  pasado Rafael Romero (varias veces vencedor de la Carrera Urbana), el  alhaurino Antonio Illanes (campo a través), y los jóvenes Rubén Espejo  (plusmarquista nacional cadete en 1.000 en pista cubierta), Iván Sánchez  (bronce nacional cadete en 3.000) o Sami Nawar (campeón de España  cadete en 1.500).
Ha llegado a dirigir a sus dos hijos. Juan Sarria Aranda  tiene tres medallas en campeonatos de España en categoría júnior y  promesa, y María del Mar, otra en 200. Ésta, a sus 29 años va a correr  en Málaga en los próximos días su primer maratón tras hacer la media  varias veces. En la familia de Juan Sarria nadie se libra de la vocación  atlética. Su esposa, Carmen Aranda, que ha sido secretaria de la  escuela de atletismo del Cueva de Nerja, también ha corrido la Media  Maratón de Málaga. «Nunca nos ha visto competir a nosotros, porque se  pone nerviosa», cuenta su marido.
De los 287 niños que tuvo a sus órdenes Juan Sarria la  temporada anterior a los seis atletas con los que se ha quedado ahora  media un mundo. «La situación a la que se había llegado me sobrepasaba»,  se justifica, e intuye un futuro difícil para el atletismo malagueño:  «Tengo una visión catastrofista, pero creo que no lo hacemos atractivo.  Ha habido vacas gordas y no lo supimos aprovechar, por lo que vamos a  tener muchos años de cuidar la cantera».

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