Marta Domínguez, en una entrevista en VEO7 con Pedro J. Martínez.
Foto: Diego G. Souto (http://www.marca.com) Escrito por: Pablo de la Calle | Luis Fernando López | Madrid
Marta Domínguez ha recuperado parte de la dignidad birlada por la Justicia. La magistrada que durante cuatro meses mantuvo  contra ella una imputación por tráfico de sustancias prohibidas ha  admitido ahora la inconsistencia de ese proceso contra la mejor atleta  española de la historia. La juez archiva esa parte del caso después de  recibir los análisis de diferentes laboratorios que niegan que fuese un  producto dopante aquello que Marta hizo llegar al también atleta Alberto  García. Triunfa la versión que la palentina ofreció en su única  entrevista tras la redada policial.
26 de enero. Ese día, EL MUNDO publicaba una conversación con Marta  Domínguez. Cuatro páginas de preguntas y respuestas. En aquel diálogo,  ella trató de desmontar cada imputación, y mucho más: los daños a su  imagen. Para el gran público, la atleta era el paradigma del tramposo.
En las horas que siguieron al inicio de la 'operación Galgo', el 9 de  diciembre, se dijo que ella tenía en casa de todo (y malo), que se  había dopado por tierra, mar y aire, que había traficado con productos  dopantes, que había vídeos donde aparecía inyectándole a otros atletas,  que había blanqueado capitales porque el negocio del dopaje era de alta  rentabilidad... Todas aquellas filtraciones quedaron en dos únicas  imputaciones por delito contra la salud pública: una por entregar un  vial con un producto supuestamente dopante a Alberto García y otra por  tratar, supuestamente con un producto dopante, a un compañero de  entrenamiento...

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