Bérénice Bejo y Jean Dujardin en The artist.
  Muda. Francesa. En blanco y negro. Y encima les cuenta a los estadounidenses un episodio de su historia reciente. The artist  tenía todas las papeletas para no llegar muy lejos en su carrera  americana. Sí, fue una agradable sorpresa en Cannes. Sí, allí obtuvo el  premio al mejor actor para su protagonista, Jean Dujardin. Pero muda,  francesa, en blanco y negro y ambientada en los estertores del cine mudo  y el advenimiento del sonoro en Hollywood... Hasta que en su camino se  cruzó Harvey Weinstein, y la carrera de The artist se disparó. Hoy encabeza la disputa por los Oscar.
Todas las señales posibles así lo indican: ya ha sido escogida mejor  película por los críticos de Nueva York -en versión papel y online-, Washington,  Boston, Indiana, San Luis, Detroit, San Diego... Más aún, en los Globos  de Oro ha logrado más candidaturas que sus rivales: seis (comedia o  musical, actor de comedia o musical, actriz de reparto para Bérénice  Bejo, guion, dirección y banda sonora), y en el Sindicato de Actores  están seleccionados Dujardin, Bejo y el reparto en general.
Mayo  en La Croisette. Festival de cine. Fiesta en uno de los salones más  lujosos del hotel Martínez, ya de por sí epítome del lujo en Cannes. The  Weinstein Company presenta a actores, amigos, algunos periodistas,  distribuidores y exhibidores mundiales sus joyas de la corona para la  temporada 2011/2012. En el escenario Harvey Weinstein -ni rastro de su  hermano Bob- presenta a Sarah Jessica Parker y al tráiler de su Tentación en Manhattan  ("Será un taquillazo", dice Weinstein, equivocándose de cabo a rabo), a  los actores y al director de la película de acción china Wuxia (que toma el nombre de ese género), alaba el tráiler de My week with Marilyn (Michelle Williams es posible candidata al Oscar), espera que Meryl Streep gane la estatuilla con la Thatcher de La dama de hierro (que él distribuye) y remata en plan profético: "Pero estos oscars serán los de The artist, una joya, una película que resucita el amor por el cine puro".
Sin el empujón de Harvey Weinstein no se entienden los premios en EE UU de The artist,  que muchas veces poco tienen que con la calidad de una película.  Weinstein obtuvo, con su primera compañía, Miramax, 249 candidaturas al  Oscar y 60 estatuillas, incluyendo tres a mejor película por El paciente inglés, Shakespeare enamorado y Chicago. Y  eso en su vertiente de productor, que como distribuidor ha tenido  parecidos éxitos. Actrices como Gwyneth Paltrow, Kate Winslet y Penélope  Cruz o directores como Roberto Benigni han recibido en algún momento el  empujón en su carrera de Weinstein, que sabe que el Oscar se gana  almorzando con votantes, dejándose la piel en la promoción, proyectando  las películas en las residencias de ancianos para cineastas o levantando  bulos sobre los rivales (nunca podrá probarse que él estuviera detrás  del rumor sobre explotación infantil en el rodaje de Slumdog millionaire, por ejemplo).
En 1999, cuando Miramax llegó a los Oscar con Shakespeare enamorado y La vida es bella, la bloguera Nikki Finke escribió en la revista New York:  "Miramax paga a un ejército de veteranos publicistas, curiosamente  miembros de la Academia, para meterse en el bolsillo a sus colegas de la  Academia. Los indies gastan 250.000 dólares; los grandes estudios, dos millones... En la campaña de Shakespeare enamorado gastaron cinco millones". Resultado: diez estatuillas, y un careto largo de Spielberg, que defendía Salvar al soldado Ryan.
En la última edición de los Oscar Valor de ley, Origen y La red social, películas  estadounidenses que habían ganado los premios de las asociaciones de  críticos, fueron derrotadas por un título británico, El discurso del rey, distribuido  en EE UU por Weinstein. Y lo mismo puede ocurrir en la próxima  ceremonia de los premios de Hollywood. Aunque algo ha cambiado: The artist  ya ha recibido el espaldarazo de los críticos. Mejor imposible para un  filme que estuvo rondando 10 años por la cabeza de su director, Michel  Hazanavicious: "En lo más profundo de mi empeño está la posibilidad de  hacer un cine exclusivamente visual, contar una historia a través  exclusivamente de imágenes", dijo en el certamen de San Sebastián. Tras  las candidaturas a los Globos de Oro, aseguró que por supuesto piensa en  el Oscar y que se le había quedado cara de tonto feliz, aunque los  premios "no son el único criterio para medir la calidad de una  película".
Su estreno comercial en Estados Unidos sin embargo va piano piano. The artist  arrancó el 4 de diciembre en seis pantallas y el pasado viernes pasó a  16. En España, su distribuidora, Alta Films, también decidió no volverse  loca y estrenaron el pasado viernes con 45 copias (este fin de semana  ganó 205.716 euros, lo que supone 4.571 euros de promedio por sala, el  mejor entre el top 20 de películas de mayor recaudación). Esperan  aguantar Navidad y que los premios les empujen: los Globos de Oro se  entregan el 15 de enero, las candidaturas a los Oscar se anuncian el 24  de enero y la gala de las estatuillas de Hollywood es el 26 de febrero.
Nunca un filme francés ha ganado el Oscar a mejor película. Ni uno mudo. Desde El apartamento (1961), solo otra película en blanco y negro, La lista de Schindler  (1994), se ha llevado la gran estatuilla. Es el triple salto mortal de  la carrera de Weinstein, y está cogiendo bien la carrerilla...

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