Porque su territorio concentra la mayor biodiversidad por hectárea en  Sudamérica y, posiblemente, en el mundo y  porque constituye una de las  mayores reservas de agua dulce para la humanidad. Por esos dos motivos  -entre muchos otros-   científicos, ecologistas y estudiosos de la  naturaleza coinciden en defender el estado actual del Parque Nacional  Yasuní, ubicado en la ribera derecha del río Tiputini medio, en la  provincia de Orellana.
El último estudio científico sobre el Yasuní concluyó que este es uno  de los lugares más biodiversos de la tierra, con récord de riqueza  mundial  en anfibios, reptiles, murciélagos y árboles.
Además, sus características son  de vital importancia para la  conservación global. ¿Las razones? Según el estudio, publicado en la  página  Save America’s Forests (Salvemos los bosques de América) y  difundido en enero pasado, son cuatro: el Yasuní representa una extensa  área selvática en estado natural, reune un importante conjunto intacto  de vertebrados, posee un nivel dos en el estatus de protección, ausente  en otras áreas protegidas de la región, de acuerdo con la Unión  Internacional para la Conservación de la Naturaleza,  y tiene  posibilidades de mantener  las condiciones  de humedad de la selva,  frente al cambio climático que agrava la sequía...

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