Javier Gómez Noya
Foto: http://www.marca.com
Escrito por: José Manuel Castillo - Madrid
El pasado sábado, el Europeo de triatlón disputado en Pontevedra fue el escenario en el que este deporte experimentó una nueva forma de entender la competición. Por primera vez, un triatleta se dedicó de forma decidida y descarada a entorpecer la labor de otro. El héroe local y uno de los favoritos a la victoria, Javier Gómez Noya, fue la víctima de las sucias maniobras de un componente del equipo inglés, Harry Wiltshire, que hizo todo lo posible por entorpecerle en los segmentos de natación y ciclismo.
Tan descarada fue la actuación del inglés -íntimo amigo de los líderes británicos, los hermanos Brownlee- que uno de los jueces presentes en la carrera le descalificó y elevó una petición de investigación a la Federación Internacional (ITU), que sigue en su curso en la actualidad alimentada también por la reclamación de la Federación Española en defensa de su triatleta.
Por suerte para Gómez Noya y para la limpieza en el deporte, la actuación de Wiltshire quedó registrada en vídeo y las imágenes obran en poder de la ITU, cuya presidenta, la española Marisol Casado, ha pedido la máxima premura en la resolución que tomará un panel compuesto por tres personas aún por designar. Tendrán la difícil tarea de determinar si se trataba de algo premeditado, que obedecía a órdenes de equipo, o era la decisión personal de un triatleta.
"Yo creo que sí es premeditado, es muy obvio", afirma Casado, que confía en que el vídeo y los testigos, en especial el juez que instigó inicialmente la investigación, sirvan para atajar este tipo de actuaciones, totalmente inéditas hasta ahora.
"Nunca habíamos visto una cosa así", dice todavía asombrado e indignado Omar González, el entrenador del vigente campeón del mundo. "Nunca se vio de forma tan descarada ir a eliminar a un deportista, pero no se puede demostrar que fue culpa del equipo británico, así que no vamos a culpar a nadie", explica siguiendo la línea marcada por el propio Gómez Noya en sus declaraciones posteriores al bochornoso espectáculo del inglés.
Recibió golpes en la natación, le agarró del pie mientras nadaba, le agarraba del hombro y tiraba de él para atrás, le hundía la cabeza cuando la sacaba para respirar, le empujaba hacia un lado u otro mientras nadaban impidiéndole seguir la línea del resto de triatletas, le intentaba bloquear al salir del agua para dirigirse a la transición y hasta continuó con su labor de boicot durante el segmento de ciclismo, metiéndose en los relevos para estorbar y hasta frenaba en ocasiones. "Los propios franceses que iban en el grupo de Javi le pidieron que se quitase si no iba a tirar", cuenta Omar.
Nadie puede entender el comportamiento del inglés, al que la Asociación de Triatletas ha pedido explicaciones, sin éxito. La petición ha sido elevada también a la ITU, para que Wiltshire aclare si, como le decía el director técnico del equipo británico al propio Noya en un email, "no respondía a ninguna táctica del equipo inglés".
Lo raro es que Harry, un triatleta calificado de peleón y buen nadador, se retirase antes de ser descalificado y poco después de haber dicho: "Yo hago mi trabajo", cuando fue increpado por otros triatletas.
