#Foto: Blas
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Dos horas después la situación se recrudecía con sucesivas cargas que incluyeron el lanzamiento de pelotas de goma y que acabaron con el desalojo de gran parte de la plaza. Esta vez, todo empezó cerca de la fuente de Neptuno, alejada de las vallas que impedían el acceso al Congreso. Según la policía, el origen fueron los objetos que empezaron a lanzar algunos manifestantes. Los arrestos se sucedieron, hasta llegar al menos a 35 detenidos, mientras los asistentes denunciaban cargas indiscriminadas. Uno de arrestados era un señor mayor a quien los agentes llevaban con el rostro tapado y que se tiró al suelo pidiendo por favor que no le hicieran daño. En ese momento, las imágenes de lo que estaba sucediendo eran ya noticia de primera página en la prensa nacional e internacional. A las 23.00, centenares de manifestantes seguían aún en la plaza, algunos increpando a los policías. Muchos de los que se quedaron hasta tarde eran jóvenes, pero no solo. Una desempleada que pasaba de los 50, rodeada de sorprendidos veinteañeros, reivindicaba su derecho a protestar todo lo que quisiera ante el Gobierno y los políticos por la situación de España...
#Foto: Blas
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Más de 1.300 agentes procedentes de 30 de los 52 grupos de las Unidades de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional, venidos de toda España, estaban el martes trabajando en Madrid. El motivo de este gran despliegue, según la policía, fue la dificultad para calcular la asistencia a las manifestaciones convocadas, como esta, por redes sociales. En total había tres anillos de seguridad en torno al Congreso, dos de los cuales se cerraron a cal y canto antes de las seis de la tarde. Un grupo de guías caninos más algunas unidades de caballería completaban el dispositivo. Al frente de todo, entre los agentes de Neptuno, estaba el Comisario General de Seguridad Ciudadana, Florentino Villabona...
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El objeto de la acción, con el lema ‘Rodea el Congreso’ era manifestar a los políticos el hastío de los ciudadanos e iniciar “un proceso constituyente”, según los organizadores. Que el enfado de muchas personas que acudieron a la cita era mayúsculo se palpaba el martes en la calle. “Yo he venido para que los políticos vean cara a cara mi sufrimiento”, decía Mamen Gubas, una desempleada de 41 años procedente de Bilbao. Entre los asistentes había indignados pero también parados, estudiantes, amas de casa y personas mayores procedentes de Andalucía, Aragón, Cataluña, Valencia o Galicia, entre otros. Alberta Matarán y Francisco Mármol llegaron el martes por la mañana desde Granada “para decir a nuestros representantes que no estamos de acuerdo con el atropello a la ciudadanía". El autobús en el que viajaban fue uno de los abordados por la policía para identificar a sus ocupantes. “Pido a nuestros representantes que cuiden al pueblo y lo protejan de los mercados financieros”, decía el sacerdote Joaquín Sánchez, venido desde Murcia con otros activistas...
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Directo #25S: Baja la tensión de la protesta junto al Congreso tras las cargas...
#Foto: Blas
No, no hay ningún periodista de la Sexta con lesión medular, Sí un cámara herido en el hospital...
El herido con lesión medular por la policía es un periodista de La Sexta #25S
#Foto: Blas
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Begoña, Mercedes y Blas, 30 de noviembre de 2007
Foto: Gloria
Una
persona puede reflexionar durante toda su vida sin llegar a adquirir el
conocimiento de sí mismo que la pasión de un momento vivido
intensamente puede enseñarle.
¿Quién puede decir que se conoce a sí mismo?
Yo
no puedo prever mis propias experiencias, ni adivinar que facultades o
sentimientos desatarán en mí un objeto nuevo. No puedo preceder a mi
propia experiencia ni adivinar que facultades o sentimientos
desarrollaré mañana.
El
pasado viernes me fui a dormir con la cabeza muy revuelta. Estaba
convencido de que acaba de hacer historia, la historia de mi vida, pero
no era consciente de que hubiera sido así. El día que durante tanto
tiempo había estado esperando por fin había llegado y estaba a punto de
finalizar. Estaba rendido de tantas emociones. Mi deseo por fin se había
cumplido. Procuré relajarme. Enseguida me quedé dormido.
Al
día siguiente, al despertarme, me parecía que solamente había tenido un
ligero sueño, cuando la verdad es que había dormido toda la noche de un
tirón.
Intenté
recordar que era lo que había soñado; por más esfuerzos que hice no fui
capaz de traer a la mente consciente nada más que nebulosos detalles
emergentes de las profundidades de mí ser.
Volví
a la realidad, atravesé la región vecina de la vida. Seguía escuchando
los rumores, vagos ya, casi imperceptibles, deformados. Aterricé
bruscamente en el despertar.
El
día anterior había estado cargado de emociones. Recordaba haber
disfrutado de una gran fiesta de despedida, en mi último día de trabajo
en CESA. Apenas podía acordarme de los momentos que había vivido. No era
capaz de rememorar la individualidad de lo que pasó.
Todo
se había fundido en mi cabeza en un bloque compacto. Sentía haber
respirado un sentimiento de alegría, que velozmente se había contagiado a
todos los presentes en la celebración de mi homenaje.
¿Vendrás el viernes a mi despedida?
-Sí, no faltaré.
Esta era la pregunta que yo había hecho a mis compañeros de trabajo. Todos habían contestado que sí, que no faltarían.
Y
efectivamente, allí estuvieron al completo. Hoy quiero agradecerles que
no faltaran, que me arroparan con su presencia en el momento delicado
de la despedida.
Gracias a todos por los momentos tan felices que me habéis hecho pasar. Hasta siempre.
Gustavo firmando un libro a Blas
Foto: Evelio
Una mujer que consume sus días bailando y cantando tangos, un hombre que desaparece después de haber visto el pasado, un artesano de figuritas de plomo, una mujer que devora comida como un animal, otra que construye en París un refugio contra el infortunio, una madre invasora adueñándose del insomnio de su hijo, un soldado desnudo frente a una guerrillera del Vietcong o las aventuras de los supervivientes de una catástrofe planetaria, embarcándose en un viaje sin futuro, son algunos de los temas que se desarrollan en los trece relatos que Gustavo Dessal Kusnifozz ha escrito bajo el título “Demasiado rojo”. Cuentos rotundos, de lenguaje exquisito y ritmo perfecto en los que los personajes se encuentran al borde del abismo, traspasados por un cierto humor negro que realza el dramatismo con el que cada uno deberá afrontar su destino…