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martes, 8 de febrero de 2022

Biomecánica, camino a la perfección. La aplicación de esta ciencia se utiliza para mejorar los rendimientos

Berlín, 21 de agosto de 2009
Foto de Blas García Marín



El objetivo de un deportista de elite siempre es el mismo: mejorar el rendimiento. Conseguir más velocidad en unos deportes, mayor puntuación en otros, superior altura en un salto, pegar mejor a la pelota, etc.… siempre acercarse al máximo, a la perfección. Las nuevas ciencias y tecnologías se han convertido en herramientas imprescindibles para los entrenadores que preparan a sus deportistas para una competición cada día más exigente. Aplicándolas consiguen resultados antes impensables. Una de estas ciencias ha encaminado gran parte de su investigación al mundo del deporte: la biomecánica.

En el CAR de Sant Cugat hay un equipo de cuatro personas que ofrece sus servicios, sus técnicas y sus conocimientos a preparadores y deportistas para intentar que éstos consigan mejores resultados en su deporte cambiando aspectos técnicos.

Ventura Ferrer es uno de los biomecánicos del equipo del CAR y nos explica, en líneas generales, en qué consiste el proceso de intervención de la biomecánica en la preparación de un deportista: “La gran ventaja que supone la aplicación de la biomecánica en el entrenamiento es que el feedback con el deportista es inmediato. Si es el entrenador quien le va diciendo dónde debe corregir un ejercicio, puede llegar el punto en el que el deportista se canse de escuchar siempre la misma corrección y no la realice. En cambio, nosotros cambiamos el punto de vista, le demostramos el error en imágenes, deja de ser una corrección hablada para pasar a ser visual y el atleta reacciona inmediatamente”, asegura.

Los biomecánicos aplican siempre unas pautas en el proceso: “Primero hay un punto de preparación, tener claro dónde quieres llegar, el modelo, la técnica correcta que queremos que realice el deportista y saber en qué momento se encuentra éste”, en base a cómo lo está haciendo el deportista y cómo quieren ellos que lo haga, “determinamos lo que hay que modificar”, explica Ferrer. En este punto deben estar todos integrados, el deportista porque ha de querer hacerlo, el entrenador que es quien marca dónde quiere llegar, los biomecánicos para analizar si realmente se está consiguiendo lo que se ha planteado y el psicólogo que ayuda al deportista a aceptar los cambios y en el proceso de percepción de estos.

El siguiente paso es la observación y ejecución: “El deportista hace la técnica, nada, corre, realiza un ejercicio las veces que sean necesarias... y nosotros lo grabamos con una, dos, las cámaras que sean, para saber cómo hace el gesto”. Estos datos los comparan con modelos como pueden ser los deportistas que tienen las mejores marcas o notas y basándose también en los parámetros de la física mecánica.

La tercera fase del proceso es la evolución: “Se trata de ver de nuevo la ejecución una vez aplicados los cambios y sacar un diagnóstico y observar en qué ha mejorado o no para darle nuevas soluciones y volver a la preparación. Es un círculo cerrado”.

FATIGA E INCOMODIDAD

En muchas ocasiones al principio de aplicar la corrección que los biomecánicos han determinado para conseguir una mejora, el deportista se encuentra incómodo, no le sale de forma natural y ello mentalmente cuesta de aceptar: “Muchas veces un cambio de técnica supone unos gestos muy diferentes y la musculatura no está adaptada para realizarlos. Ello supone una mayor fatiga y provoca una incomodidad”, comenta Ferrer. Sin embargo, lo más probable es que a mayores repeticiones el problema se vaya solucionando y el rendimiento, incrementando: “Aquí la intervención del psicólogo tiene una incidencia muy importante. El convencerá al deportista de que estas incomodidades son para un beneficio posterior”.

El entrenador siempre es una pieza clave en todo el proceso de intervención de la biomecánica. El es quien está el día a día junto al deportista y sabe exactamente dónde quiere llegar, dónde están los posibles errores o puntos en los que se puede mejorar, pero no puede cuantificarlos, por lo que es en este punto donde solicita la intervención de las ciencias: “El técnico será el punto de unión entre todos los profesionales. Si no llegas al entrenador nunca llegarás al deportista. Él es quien decide qué necesita el deportista y quien sabe qué le podemos ofrecer nosotros”.

Es básico para que la biomecánica sea efectiva que los objetivos marcados sean alcanzables, porque si no “puede darse el caso de que empiecen un proceso, pero lo abandonen a medias porque llega la competición y no han cumplido las expectativas. Habitualmente al cabo de un tiempo vuelven”, señala un Ferrer que desea remarcar que en su especialidad es muy importante “dar las instrucciones muy claras, no podemos pretender que haga tres modificaciones a la vez, debemos dárselas una a una”.

El éxito de la aplicación de la biomecánica al deporte es notable: “Hay unos deportes en los que es más fácil de valorar la incidencia de la biomecánica. Por ejemplo, en la gimnasia. O sabes hacer un ejercicio o no lo sabes hacer y utilizando esta metodología lo aprenden. Nuestro objetivo consiste en acelerar el aprendizaje”.

Los deportistas ven cómo, poco a poco, gracias a las modificaciones que les proponen los biomecánicos, su rendimiento mejora y sus marcas también lo que significa que están en el camino de conseguir mayores éxitos en su carrera deportiva.

La biomecánica no es, ni mucho menos, el elixir del éxito, pero es una ciencia que puede ayudar muchísimo a los deportistas a acercarse cada vez más a la perfección.

Fuente: sport.es



1 dic 2009 (1382)