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martes, 1 de diciembre de 2009

1988. Los puños negros cumplen 40 años. Dos atletas estadounidenses removieron las conciencias de medio mundo al levantar el puño en señal de protesta


Los estadounidenses Smith y Carlos levantan el puño en el podio mientras el australiano Norman mira al frente.
Foto: AP (el
pais.com)




ELPAÍS.com/AGENCIAS - Madrid/México D.F.

Dos atletas estadounidenses removieron las conciencias de medio mundo al levantar el puño en señal de protesta contra el racismo durante los Juegos Olímpicos de México'68.- El 'Black Power' se globalizaba.

En algo menos de tres semanas Barack Obama puede proclamarse presidente de Estados Unidos. Sería, si los baticinios electorales no se equivocan, el 44º inquilino del Despacho Oval y, sobre todo, el primero afroamericano. Nadie, de Alaska a Baja California, es capaz de adelantar qué papel jugarán los prejuicios raciales en las elecciones del próximo 4 de noviembre; lo que sí saben en Estados Unidos es que, aunque John McCain se imponga, el hecho de que el senador por Illinois haya llegado a las puertas de la Casa Blanca es fruto de decenios de trabajo en materia de derechos civiles. Un logro moldeado a base de sacrificios. Como los de Tommie Smith y John Carlos, los dos atletas estadounidenses que durante los Juegos Olímpicos de México 1968, subidos al podio de los 200 metros lisos, recordaron al mundo que los negros, en Estados Unidos y muchas otras sociedades, seguían siendo ciudadanos de segunda clase -si eran siquiera ciudadanos-. Ambos, puño en alto envuelto en guante negro, han regresado hoy al lugar que convirtió en global una consigna cuyo eco perdura en el siglo XXI: Black Power (Poder Negro). ¿Su sacrificio? Fueron sancionados de por vida. Hoy se cumplen 40 años.

Smith, oro en aquella final de 200 metros lisos, y Carlos, bronce, que ocupaban el cajón junto al australiano Peter Norman, han regresado al Estadio Azteca de México D.F. como homenaje a aquel gesto eterno. "Después de 40 años estoy feliz de volver, es refrescante saber que dejamos un legado", ha reconocido el campeón de aquella carrera. Expulsado de por vida del movimiento olímpico, Smith ha ensalzado el papel de Norman en aquella tarde de otoño: el australiano contempló impávido cómo sus dos acompañantes bajaban las cabezas, cerraban los ojos y alzaban los brazos.

"Aunque no levantó su puño.. levantó su voz", ha explicado Smith en referencia al parche que lucía el australiano durante la entrega de medallas. Llevaba bordadas las iniciales OPHR -Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos-. Norman, de hecho, fue quien les sugirió que cada uno usase un guante, ya que Carlos había olvidado los suyos en la villa olímpica. Por eso Smith elevó el puño derecho y Carlos el izquierdo. De fondo sonaba el himno del país que unos meses antes había visto morir a Martin Luther King, asesinado el 4 de abril de 1968 en el balcón del hotel Lorraine de Memphis.

"George Foreman, Bob Beamon, los grandes atletas que corrieron la maratón [en México'68], y nosotros, todos los héroes de aquellos juegos, fuimos impulsados por esta gran ciudad. Ustedes nacieron aquí y tendrían que sentirse felices por aquellos juegos". Las palabras de Carlos, que agradecía su presencia a los mexicanos congregados en el Estadio Azteca, reconstruían un legado que llega hasta nuestros días. Y si no que se lo pregunten a Usain Bolt.

El jamaicano, plusmarquista mundial y triple campeón olímpico en Pekín 2008, recibió este verano, en plena competición, un regalo de cumpleaños inolvidable. Eran las últimas zapatillas que Tommie Smith usó para participar en una competición internacional. Un calzado con el que se adentró, puño en alto y acompañado por Carlos, en un terreno hasta entonces desconocido.

Fuente: el pais.com

ENLACES:

2759. Toma de Posesión de Barak Obama. Tommie Smith y John Carlos lo vieron juntos en Boston.

2368. Entrevista a Tommie Smith: "Aquello fue un grito por la dignidad y la libertad". Han pasado 40 años desde el 16-10-1968, cuando ardió la...

2353.Dios trajo a Bolt al atletismo: Tommie Smith. El legendario campeón olímpico en los Juegos de México 68, que entró en la historia como símbolo...

2034. 40 ANIVERSARIO DEL BLACK POWER. Los puños de la dignidad humana. Smith fue la versión ligera y elegante de Usain Bolt. En México, tenía 24 años.

8. Tuvo que pasar algún tiempo hasta que descubrí que aquel cronómetro de 1964, no funcionaba bien cuando se corría con él en la mano y se movían...

7. Lo veía y no podía creerlo, el cronómetro se había parado en 10 segundos y 6 décimas. El récord de España, que tenía José Luis Sánchez Paraíso...

jueves, 22 de enero de 2009

2759. Toma de Posesión de Barak Obama. Tommie Smith y John Carlos lo vieron juntos en Boston.


40 años después del histórico gesto que protagonizaron en el podio de los Juegos Olímpicos de México, Tommie Smith y John Carlos se reunieron en Boston para otro momento histórico: la toma de posesión de Barack Obama.

Alejandro Delmás

Lo celebraron a su manera: el 20 de enero de 2009 en Boston, como si fuera el 16 de octubre de 1968 en aquel podio del Estadio Universitario de Ciudad de México. Han pasado 40 años largos, y el lazo de hermandad que une a Tommie Smith y John Carlos perdura tanto como la emocionante letra de. Elvis Presley. In the Ghetto: "Cuando la nieve vuela en una fría y gris mañana de Chicago, un niño pequeño y pobre ha nacido en el ghetto. Y su mamá llora..."
Scott Davis escribió esa emoción para Elvis en 1968. La canción salió a la calle en 1969. 40 años después, la voz de Tommie Smith llega nítida. Smith y Carlos fueron a un restaurante de Boston, junto a otros supervivientes de 1968 para sentirse otra vez tan hermanos como en México. Para ver juntos la toma de posesión de Barack Obama. "Es otro momento histórico, como lo fue el nuestro. Y aquí estamos, celebrando y hablando juntos otra vez en un acto público, por primera vez en 40 años", explica Tommie Smith.
La reunión fue junto a otros supervivientes de aquel alucinante 1968: Lee Evans, el campeonísimo de 400 lisos, el ex vallista Leon Coleman (Roxbury, Boston) cuarto en 110 vallas en esos asombrosos Juegos... algunos ya no podían acudir: Larry James, plata en 400 lisos tras Evans. O Peter Norman, el australiano que se colgó la plata en esa final de 200, en cuyo podio iban a emerger los guantes negros de Tommie Smith y John Carlos.

Etapa.

Smith insiste: "La toma de posesión de Obama interesa a millones de personas por tantas razones: porque es un acto de libertad y dignidad, como lo fue el nuestro, y porque todos lo ven como una etapa importante de un proceso que aún no ha acabado". John Carlos es rotundo, en su línea: "El presidente de EE UU debe estar siempre del lado de su pueblo, del lado de los más desfavorecidos".
Y sentencia Tommie Smith: "Esto ha podido terminar pasando porque hubo mucha gente que luchó e incluso perdió su vida para que llegara este momento. El movimiento de 1968 estuvo en el origen de todo esto. Todo ha merecido la pena, pero merece más la pena si reconocemos el esfuerzo de los que se quedaron en el camino". Saludos para los amigos españoles, de Tommie y su señora, Delois Jordan. Cuando la temperatura cae bajo cero en Boston, la llama rebelde del 68 aún arde en los puños de Smith y Carlos. Y no olvidan esa letra: "Cuando la nieve vuela en una fría y gris mañana de Chicago..."
Fuente: as.com

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viernes, 5 de diciembre de 2008

2368. Entrevista a Tommie Smith: "Aquello fue un grito por la dignidad y la libertad". Han pasado 40 años desde el 16-10-1968, cuando ardió la...

...historia en el podio de 200 metros de los Juegos Olímpicos de México. Ese día, el puño enguantado del campeón Tommie Smith fue el Black Power: Poder Negro.

Alejandro Delmás

Empezando por el final, Tommie, aquí estamos, 40 años después de aquella noche mexicana, la noche del Black Power... y cómo han cambiado las cosas. No sólo se trata de que un hombre de su raza, Barack H. Obama, sea presidente electo de EE UU, el Presidente número 44. Se trata de cómo ha evolucionado el mundo...

Han cambiado muchas cosas, pero todo viene porque hace tiempo que la gente dejó de limitarse a testificar las cosas y empezó a pelear por los derechos civiles y humanos. Y yo sí creo que aquellos movimientos de 1968 fueron el origen de todo esto. Entonces éramos demasiado jóvenes para saberlo, pero todo aquello desató un principio de revolución, sobre todo en nuestro país, EE UU. Fue como un lamento o un grito por la libertad y la dignidad, y así ha llegado hasta hoy.

Ha llegado nada menos que hasta la elección de un presidente de origen afroamericano: Barack Obama.

No lo sabíamos entonces, insisto, pero nuestros actos y otros parecidos estuvieron en la base de una plataforma por la legalidad, la dignidad y la equidad social. No era tanto un activismo por el color de la piel como una demostración del carácter que había que tener. Carácter, sí. Hubo bastante gente que peleó y murió por todo eso. En ese sentido, Obama no ha llegado por casualidad. Ha sido una etapa más en ese proceso revolucionario que aún no veo acabado. Obama ha llegado porque hubo toda aquella gente que luchó e incluso perdió la vida. Sin todo ese activismo previo, no veo posible que se hubiera producido un momento como el actual.

(Y el chasis interminable de Tommie Smith se estira en la mañanita madrileña, recién desembarcado de Atlanta. Ese chasis impresionante, aún bruñido, biselado en negro, de una máquina de la velocidad: con zancadas de nueve pies, o sea 2,75 metros, Smith, 1,91 de altura, mordió el oro mexicano, aquella tarde del 'Black Power'. Y dejó la muesca de un récord brutal: 19.83 en 200 metros lisos. Entonces, eso sonaba como una salvajada, como algo de ciencia-ficción...)

Ha existido controversia sobre aquella carrera y sobre su ascenso al podio con los guantes negros, que se vio como un plan de Harry Edwards, el sociólogo de San Jose State que les unió ideológicamente.

Edwards había organizado la plataforma y el planteamiento social, pero fuera de las pistas. En una parte iba el combate contra mentalidades tan reaccionarias como la de Avery Brundage (célebre dirigente olímpico estadounidense, profundamente conservador), pero lo que pasó allí fue decidido y refinado por los atletas, no por Harry Edwards. Porque, en realidad, lo que Edwards quería era el boicot de los atletas negros a los Juegos. Nosotros íbamos a seguir en la plataforma social, pero decidimos ir a por nuestras medallas. Y después, ya en México, los atletas decidieron: Tommie Smith decidió por Tommie Smith. Y John Carlos, Lee Evans, Ralph Boston... tomaron sus decisiones. Nada fácil.

El día de la carrera, 16-10-1968, final de 200 metros, Ciudad de México...

Puede que haya sido la carrera mejor orquestada y diseñada en mi vida. Armónica. Todo lo que hice llevaba un sentido de quilibrio. Pocos saben que en las semifinales había tenido una contractura en la pierna izquierda, la pierna interior en la curva. Me propuse racionar la energía en esa pierna, durante la curva, utilizarla al máximo de equilibrio y soltura, para después explotar con todo en la recta. El gesto de júbilo cuando gano es por todo eso. Y después fue cuando Carlos y yo decidimos finalmente lo que se iba a hacer...

Y Carlos le contó los últimos detalles en el túnel de salida a la pista, para la ceremonia de las medallas: allí acordaron subir descalzos al podio...

Así fue. Carlos repartió los guantes. Para mí, el derecho; para él, el izquierdo. Y le dio a nuestro compañero Peter Norman, que fue subcampeón, la pegatina ('sticker') del Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos, la que Norman lleva en la foto del podio, sobre el escudo del Comité Olímpico Australiano. Cada uno puede decir lo que quiera, pero aquél fue un momento horroroso (frigthful). No podían saberse las consecuencias. Era para tener miedo... y tenía miedo.

Sensación de inseguridad ante lo que pudiera pasar...

Claramente, nos estábamos jugando nuestras carreras deportivas, pero además había un sentimiento de que no todos entendían por qué lo hacíamos. Sobre todo, los políticos. Primero, porque ya se habían intentado cosas, bastantes veces, y no habían funcionado, así que no se veía mucho sentido en insistir. Y segundo, porque pensaban que ése no era nuestro papel, y menos en un momento como ése: The Olympics, los Juegos Olímpicos.

(Y hubo consecuencias inmediatas y explosivas: Douglas F. Roby, presidente del USOC, Comité Olímpico de EE UU, reclamó las credenciales de Tommie Smith y John Carlos y forzó la expulsión de ambos de la Villa Olímpica. en menos de 48 horas. Roby siguió órdenes, precisamente, del 'halcón' Avery Brundage, entonces presidente del Comité Olímpico Internacional. En 1936, Brundage, como presidente del USOC, había decidido no boicotear los Juegos de Berlín: los Juegos de Jesse Owens y de la exclusión de los velocistas judíos estadounidenses Glickman y Stoller. Tras octubre de 1968, en EE UU, Tommie Smith y John Carlos sufrieron un fuerte 'apartheid'. En 1977, la primera mujer de Carlos se suicidó. Muchos amigos desaparecieron...)

Les quedó el orgullo, supongo. Por cierto, ¿vendió usted la medalla de oro, Tommie?

Es cierto: nos quedaba el orgullo, sobre todo el orgullo de los desfavorecidos. Sólo habíamos intentado despertar las conciencias, sin violencia: no podíamos culparnos de nada. Yo sobreviví como entrenador en el Santa Monica College, California. Allí trabajaron durante mucho tiempo Tom Tellez y Carl Lewis. Me jubilé en 2005, con 61 años. Y la medalla de oro, en efecto, la aporté para una subasta de caridad, de niños desfavorecidos, pero la retiré cuando vi que, probablemente, no iba a terminar dónde y cómo yo quería. Ahora la tengo en casa, en Stone Mountain, cerca de Atlanta.

¿Le regaló usted a Usain Bolt sus últimas zapatillas de competición? ¿Tiene Bolt aquellas zapatillas voladoras del 16-10-1968?

No, ja, ja. En Pekín, al final de los Juegos, we traded, intercambiamos zapatillas, como hacen los atletas, viejos o jóvenes. Eso fue todo: él tiene las últimas que yo utilizaba para ir a entrenar, y yo tengo las suyas de Pekín. Los dos pares, de la misma marca. Pero las que yo le di no eran las de la final de México...

Ya que estamos, ¿qué ve en Usain? ¿Qué puede hacer, qué piensa de él?

Veo una habilidad extraordinaria en él. Si consigue hacer un buen trabajo para conservar la velocidad punta, Usain puede hacer lo que nadie en la historia del atletismo: tener al mismo tiempo los récords de 100, 200 y 400 metros. Puede rebajar en breve los dos primeros, y le veo por debajo de 43.00 en 400: como en 42.85. Eso, si aumenta su resistencia en la punta de velocidad. Puede hacerlo aún, hasta los 27 años. Ya no entreno a atletas, pero le diría que practicara 200 metros en recta. Yo tengo el récord del mundo en esa especialidad: 19.50. En recta... y en pista de ceniza. Le iría bien.

¿Cree que Usain despreció en Pekín al resto de los competidores, con aquellas celebraciones? Y, ¿qué hubiera hecho Tommie Smith en esta época, con los métodos y los entrenadores de hoy...?

Usain es un atleta joven, que se divertía y ofrecía esa diversión al mundo. Exuberancia total. Yo estaba muy bien entrenado por Bud Winter. Y sin ese dinero que hay ahora...

John Carlos sigue en la lucha

De los tres atletas que subieron al podio de 200 metros en Ciudad de México, el 16-10-1968, uno ya no está vivo: el australiano Peter Norman, subcampeón y medalla de plata, fallecido en 2006. Pero a Tommie Smith aún le acompaña en el mundo de los vivos su lugarteniente en aquellos Juegos Olímpicos: John Carlos, nacido en Harlem, Nueva York, hace 63 años. Carlos, medalla de bronce en la famosa carrera, fue el que repartió los guantes negros y las pegatinas de Derechos Humanos. Como Smith, Carlos acude a conferencias y actos, y viaja con frecuencia junto a las selecciones de atletismo de EE UU. Vive en California. AS le entrevistó en 2006 y 07.

Fuente: as.com

 

5 dic 2008

miércoles, 3 de diciembre de 2008

2353.Dios trajo a Bolt al atletismo: Tommie Smith. El legendario campeón olímpico en los Juegos de México 68, que entró en la historia como símbolo...



...del Black Power elogió los atributos de la nueva figura del atletismo mundial.

Tommie Smith

EFE El Universal

Tommie Smith (Clarksville, EU, 1944), el legendario campeón olímpico de 200 metros en los Juegos de México'68, que entró en la historia como símbolo del "Black Power" al levantar el puño con guante negro en el podio junto a su compatriota John Carlos, pasó por Madrid para recoger el Premio As a los valores universales del deporte.

Smith es toda una leyenda viva que considera el triunfo de Barack Obama como parte del proceso en el que él participó en defensa de los derechos de los negros y no duda en señalar que el jamaicano Usain Bolt "es un deportista enviado por Dios al atletismo".

Su vida corrió peligro, pero encuentra recompensa al ver que empiezan a derribarse las barreras entre las razas, "pero hace falta comunicación e implicación para impulsar el cambio". En Madrid regaló sonrisas, experiencia y una historia que le eleva al altar de los grandes mitos del deporte.

¿Fue un gesto planificado?

El Proyecto Olímpico para los derechos Humanos trató de boicotear los Juegos de México'68, pero al decidir lo contrario el acuerdo fue que cada atleta mostrara su protesta a su manera. El gesto concreto de la ceremonia de entrega de medallas no estaba premeditado. Mi mujer me compró el guante pero no sabía qué iba a hacer en aquel momento y salió lo de levantar el puño y bajar la cabeza.

¿Su imagen con el puño levantado y la cabeza agachada tuvo la repercusión social deseada?

Este gesto por los derechos humanos tuvo impacto mundial, no sólo en Estados Unidos. Partió de los atletas afroamericanos pero no fue sólo en defensa de los derechos de los negros, sino de todas las personas.

¿Al regreso de México tuvo la sensación de que su vida corría peligro?

Sí. Nuestras vidas corrieron peligro y nos amenazaron muchas veces. En 1967, cuando me licencié en la Universidad de San José y empezó el Proyecto Olímpico, recibimos llamadas amenazándonos de muerte. Queríamos hacer algo que impactara, pero como los cambios no gustan nos amenazaron. Fuimos por todo el país hablando con los atletas y les invitamos a participar en el proyecto. Comenzamos un proyecto que ha desembocado con el tiempo en la elección de Obama como presidente de los Estados Unidos.

¿Qué le ha parecido el triunfo de Obama en su país?

Ha sido una victoria esperada y necesaria, no por el color de su piel, sino por su carácter y capacidad de liderazgo. Representará a la gente de la calle y creo que será capaz de cambiar las cosas.

¿Cómo está la situación actualmente en su país para la población negra, después de 30 años de lucha?

Hay cambios pero no hemos hecho más que comenzar. Hay que derribar los obstáculos que separan a las razas. Todos los días hay problemas raciales y amenazan y matan a gente. Trato de impulsar el cambio. ¿Se ofrecen ustedes de voluntarios?

¿Alguna vez ha recibido disculpas del COI o del Comité olímpico de su país (USOC) ?

No se han disculpado. En el USOC se acercan para decirme que lo sienten y yo les sonrío, porque son mentiras. Creo que debería ocupar un lugar en el Salón de la Fama de los Juegos Olímpicos, pero los responsables olímpicos son estúpidos. El entonces presidente del COI, Avery Brundage, forzó al del USOC para que nos echaran de los Juegos y nos quitaran las medallas. Truncaron nuestras vidas. Yo me divorcié y la mujer de John Carlos se suicidó.

¿Quién ha cogido el testigo en la lucha que inició usted?

El testigo, hoy por hoy, nadie lo puede coger. La libertad de pensamiento tiene que ir separada de la política. En Beijing los chinos dijeron: bienvenidos a China pero dejar en casa vuestras ideas y dedicaos a participar, bajo riesgo de cárcel. Se prohibieron los gestos y dejaron clara la barrera en un país comunista, de un solo partido.

¿Cuál es el futuro de los atletas en Estados Unidos?

Todo el mundo necesita ganar dinero y los atletas necesitan apoyo. Hay atletas con dinero que lo que quieren es ganar más, y ser estrellas, y derivan en una faceta negativa. Los jóvenes, aunque lleguen lejos, no deben olvidar su origen y centrarse en el materialismo. El estrellato no ayuda.

¿Hasta donde puede llegar el jamaicano Usain Bolt? ¿Le ve con los récords mundiales de 100, 200 y 400?.

Ya tiene los dos primeros récords y creo que llegará a lo que yo hubiese deseado. A Bolt le ha enviado Dios al atletismo, pero tiene que trabajar para ser el mejor.

¿Que impresión tiene de Madrid como ciudad candidata para los Juegos de 2016?

Madrid es una candidata prometedora, como Chicago. Conozco bien sus infraestructuras y los atletas españoles. Si sale elegida, vendré seguro.

jpe

Fuente: el universal.com

ENLACES:

2034. 40 ANIVERSARIO DEL BLACK POWER. Los puños de la dignidad humana. Smith fue la versión ligera y elegante de Usain Bolt. En México, tenía 24 años.

2033. 40 ANIVERSARIO DEL SALTO DE FOSBURY: La revolución viene de espaldas. En México, los espectadores se ríen cuando observan su primer intento...

2032. 40 ANIVERSARIO DEL 'BLACK POWER'. La madre de todos los récords. Por fin, aparecieron los números en el marcador situado junto al foso: 8,90 m.

1988. Los puños negros cumplen 40 años. Dos atletas estadounidenses removieron las conciencias de medio mundo al levantar el puño en señal de protesta.

martes, 21 de octubre de 2008

2034. 40 ANIVERSARIO DEL BLACK POWER. Los puños de la dignidad humana. Smith fue la versión ligera y elegante de Usain Bolt. En México, tenía 24 años.


Peter Norman, Tommie Smith y John Carlos

Tommie Smith


SANTIAGO SEGUROLA

· La revolución viene de espaldas
· La madre de todos los récords

¿Quién es Tommie Smith? Los viejos aficionados al atletismo responderán rápido: uno de los mejores velocistas de la historia y el autor de uno de los gestos más impactantes del siglo XX. Sin embargo, su nombre ha adquirido una trascendencia menor que la decisión que cambió su vida. Hace dos meses, Smith charlaba con unos amigos en el vestíbulo de un hotel de Pekín. No había desaparecido la huella del sprinter que fue. Alto, fuerte, pero todavía esbelto, Smith emergía entre la gente que circulaba por el hall. Los curiosos se giraban y se preguntaban: “¿Quién es?”. Una suerte de magnetismo obligaba a prestarle atención, pero nadie relacionó aquella figura con un nombre y apellido concreto. Al fin y al cabo, Tommie Smith terminó orillado socialmente por el acto que protagonizó hace hoy 40 años el 16 de octubre de 1968. Fue en México, durante los Juegos Olímpicos, en un momento de enormes convulsiones sociales y políticas en el mundo. Sin embargo, es a hombres como Tommie Smith, o su compañero John Carlos, a los que se debe una realidad impensable en 1968. En tres semanas, un negro puede alcanzar la presidencia de los Estados Unidos.

Barak Obama es hoy en día la consecuencias de múltiples factores, incluida la lucha por los derechos básicos que mantuvieron un puñado de atletas a finales de los 60. La consagración de aquel combate se resume en una fotografía: tres atletas, dos estadounidenses y un australiano, dos negros y un blanco, sobre el podio, uno de ellos con el puño derecho levantado, cubierto por un guante negro, símbolo del Black Power. Su cabeza está levemente humillada. Una insignia destaca en el chándal. Se ha descalzado. Unos largos calcetines negros cubren sus pies. La medalla de oro cuelga sobre su pecho. Es el vencedor de los 200 metros. Es Tommie Smith. Le flanquean un chico blanco, con la misma insignia que lleva Smith, y un atleta que levanta su enguantado puño izquierdo. Uno es Peter Norman, sorprendente segundo. El otro, John Carlos, el exuberante velocista del Harlem neoyorquino. “Voy a hacer algo cuando termine la carrera”, le comentó a Smith minutos antes de la final. “Lo haré contigo”, añadió Tommie Smith.

No fue una acción premeditada, pero tampoco fue un gesto irreflexivo. Un año antes, John Carlos y Tommie Smith participaron en la génesis del Proyecto Olímpico Pro Derecho Humanos que alimentó Harry Edwards en la Universidad Estatal de San José, en California. Edwards, un hombrón de más de 100 kilos de peso y 2,03 metros de altura, daba clases de Sociología en el centro universitario después de una discreta trayectoria como atleta. Tenía ideas y carisma. Era un rebelde de su tiempo. Su influencia alcanzaba al campus de UCLA, una de las universidades más influyentes y poderosas de Estados Unidos. Reclamados por Edwards, una docena de atletas negros amenazaron en 1967 con el boicot a los Juegos de México 68. Entre otras exigencias figuraban el boicot al régimen racista de Suráfrica, la dimisión de Avery Brundage —presidente del Comité Olímpico Internacional, conocido por sus ideas reaccionarias— y la inclusión de un entrenador negro como ayudante de los técnicos del equipo estadounidense de atletismo. En el grupo de Edwards destacaban Tommie Smith y Lee Evans, los dos mejores cuatrocentistas del mundo, el vallista Lee McCullouch y la gran estrella del baloncesto universitario: Lew Alcindor, cuyo tirón entre la comunidad de deportistas negros confirió una especial credibilidad al movimiento de Edwards.

Un año después, Alcindor, conocido después como Kareem Abdul Jabbar tras su conversión al Islam, se negó a jugar en los Juegos Olímpicos. Tommie Smith, John Carlos, Lee Evans, Jim Hines, Ralph Boston y Bob Beamon, es decir, todas las estrellas del atletismo norteamericano, decidieron participar. Lo que hicieron fue algo inolvidable. Protagonizaron la semana de los milagros. Por primera vez en la historia, el hombre bajó de 10 segundos en los 100 metros, de 20s en los 200, de 44s en los 400. Beamon mejoró el récord mundial de longitud en 55 centímetros. Aquellos atletas se adelantaron en muchos años a su tiempo. Puede que les ayudara el delgado aire de México y sus 2.600 metros de altura. Pero, sobre todo, les empujó un espíritu incendiario. Querían lanzar un mensaje al mundo y lo enviaron más alto y más potente de lo que nadie se imaginó.

Smith, el séptimo entre 12 hermanos de una familia de recogedores de algodón, conoció en su infancia todas las privaciones y los abusos que marcaron su espíritu crítico. Fueron sus piernas las que le permitieron salir de la marginalidad. Con 21 años era el sprinter más completo del mundo. Alto —1,92 metros—, delgado, con una zancada maravillosa, Smith fue la versión ligera y elegante de Usain Bolt. En México, tenía 24 años y acababa de terminar sus estudios. Lavaba coches mientras esperaba que llegaran los Juegos Olímpicos. Rechazó la oferta de los Rams de Los Ángeles de la NFL porque no quería perder su condición amateur. De lo contrario, no podría participar en México.

John Carlos era el favorito por el antecedente de los trials. El atleta neoyorquino ganó con una marca espectacular —19.7 segundos—, pero el registro fue anulado porque sus zapatillas, conocidas como dientes de tiburón, estaban demasiado claveteadas. En las semifinales, Carlos consiguió la mejor marca: 20.10 segundos. Tommie Smith se quejó de un dolor en el muslo. Temió que el amago de tirón le impidiera disputar la final. Se reunió con Bud Winter, su venerado entrenador, y le pidió consejo. Cuatro horas después, estaba en la pista. John Carlos ocupaba la cuarta calle. Smith, la tercera. En la grada, Denise Pascal, la esposa de Tommie Smith, tenía un regalo para su marido: un par de guantes negros.

La carrera fue histórica por muchas razones. Por su belleza, en primer lugar. John Carlos arrancó como un obús. Salió de la curva con metro y medio de ventaja sobre Smith. De repente, ocurrió algo casi sobrenatural. Sin aparente esfuerzo, en sólo cuatro zancadas, Smith se recuperó y voló imperial hacia la meta. En los corrillos, le llamaban Jet. Allí se vio la razón del apodo.Quizá nunca se haya asistido a una demostración de tanta armonía, serenidad y eficacia. Diez metros antes de la llegada, Smith extendió sus brazos en cruz y cruzó la meta. Detrás, un incrédulo Carlos se resignó tanto que cedió el segundo puesto al australiano Norman, cuyos 20.07 segundos aún son récord nacional.

En el vestuario, Smith y Carlos hablaron de la protesta. Había dos guantes. No tenía sentido que Smith se enfundara los dos. Le cedió el izquierdo. En el túnel del estadio conversaron con el tímido Norman. Le ofrecieron la insignia del Proyecto Pro Derechos Humanos. Norman se la colocó en el chándal. Los tres se dirigieron al podio. Sonó el himno estadounidense. El resto está recogido en una de las fotografías más célebres de la historia. Sus consecuencias fueron desastrosas para los atletas. Smith y Carlos fueron obligados a abandonar la Villa Olímpica. Durante meses recibieron amenazas de muerte. Sus carreras quedaron marcadas. Vivieron siempre en las antípodas del estrellato, vidas duras, sacrificadas, trágicas en el caso de John Carlos, cuya mujer se suicidó años después, o de Peter Norman, que no pudo disputar los Juegos de Múnich 72 y terminó alcoholizado. Pero detrás del sacrificio personal queda un legado imperecedero. El gesto de Smith, Norman y Carlos fue decisivo en la lucha contra cualquier forma de segregación en el deporte y, por extensión, en la sociedad. Cuarenta años después, las cosas nos son perfectas, pero tampoco iguales.

Fuente: marca.com

ENLACES:

2033. 40 ANIVERSARIO DEL SALTO DE FOSBURY: La revolución viene de espaldas. En México, los espectadores se ríen cuando observan su primer intento...

2032. 40 ANIVERSARIO DEL 'BLACK POWER'. La madre de todos los récords. Por fin, aparecieron los números en el marcador situado junto al foso: 8,90 m.

1988. Los puños negros cumplen 40 años. Dos atletas estadounidenses removieron las conciencias de medio mundo al levantar el puño en señal de protesta.