Foto: raulurbina.com
normas de la competición
Fuente: rfea.es
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La editorial El Nadir quiere invitarte a la presentación de la novela:
Los depravados príncipes de la vieja corte, de Mateiu Caragiale.
Nos reuniremos en la librería
Estarán con nosotros, su traductor, Rafael Pisot, el escritor Gustavo Dessal y la especialista en literatura rumana, Ioana Zlotescu.
El próximo viernes, 2 de octubre, el Comité Olímpico Internacional se reunirá en Copenhague para vivir unos momentos de emoción y suspense en la elección de la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2016. Ya se trate de Chicago, Madrid, Río de Janeiro o Tokio, esta decisión resonará en todo el mundo. La ciudad escogida tendrá la responsabilidad de organizar una de las pocas manifestaciones del mundo capaces de congregar a casi toda la humanidad para celebrar la excelencia deportiva y las hazañas del ser humano.
Se trata de una decisión importante, por lo que, evidentemente, el momento de la verdad se retransmitirá a millones de hogares y llegará a las portadas de los periódicos de todo el mundo. Sin duda, será un momento tan intenso como lo fue la ajustada victoria de Londres sobre París hace cuatro años. Pero, por muy emocionante y apasionante que sea el proceso, es sólo una pequeña página de la gran historia que se escribirá en Copenhague. Una vez que las cuatro ciudades candidatas hayan abandonado la ciudad, el Movimiento Olímpico afrontará otras cuestiones importantes que podrían tener un efecto duradero en los Juegos y en la sociedad. La elección de la ciudad anfitriona se inscribe en el marco de una gran reunión: el Congreso Olímpico.
Un Congreso Olímpico es un acontecimiento especial y poco frecuente que se celebra aproximadamente una vez cada decenio. El primer Congreso, en 1894 en París, estableció los Juegos Olímpicos modernos. El Congreso de 2009 es el primero en 15 años y el primero de este nuevo milenio. Su papel consiste en guiar al Movimiento Olímpico a través de un futuro cargado de promesas, pero también de peligros. Si tiene éxito en esta misión, ayudará a asegurar la perdurabilidad y relevancia de lo que probablemente sea una de las actividades culturales más importantes a nivel mundial en la que participa, de una manera u otra, una gran parte de la población. Y permitirá también que la elección de las futuras ciudades organizadoras siga estando tan reñida como ahora.
La organización que se creó hace 115 años para promover los valores olímpicos es hoy más fuerte que nunca y cuenta con 205 comités olímpicos nacionales en todo el mundo. Los Juegos de 2008 batieron nuevos récords en cuanto a la participación, la audiencia y la calidad de las competiciones.
Pero también tenemos que hacer frente a gran número de desafíos.
El tema principal del Congreso de este año es El Movimiento Olímpico en la sociedad. Es un amplio tema que refleja la realidad del deporte como parte fundamental de la sociedad y no como algo que está por encima o aislado de ella. Como dijo Pierre de Coubertin, fundador de nuestro movimiento moderno, la competición deportiva sin valores y sin cultura es meramente un desfile militar. Nuestro objetivo es colocar el deporte al servicio de la humanidad y ejercer una influencia positiva en la sociedad. Queremos utilizar el deporte para fomentar lo mejor de nuestra sociedad y para contrarrestar lo perjudicial.
El consumo de sustancias y el dopaje siguen siendo una grave amenaza para la integridad del deporte y para la salud y la seguridad de los atletas y de la sociedad en general. Nuestros esfuerzos por disuadir y descubrir a los tramposos han progresado considerablemente. No obstante, se trata de una lucha interminable y debemos permanecer alerta. Gracias a la educación, los jóvenes atletas podrán evitar los peligros del dopaje. Gracias a la aplicación de las normas, sorprenderemos y sancionaremos a los tramposos.
Pero para ello es necesario contar con estrictos sistemas de control y realizar pruebas fuera del periodo de competiciones. Es una lástima que los atletas que acatan las normas tengan que sufrir estas molestias, pero es el precio que se debe pagar para garantizar una competición justa.
No me hago ilusiones. Esta lucha no finalizará con una declaración de victoria. Acabar completamente con el dopaje y las trampas en el deporte es tan poco probable como conseguir eliminar el crimen en la sociedad. El dopaje y las trampas no desaparecerán mientras subsista el deporte. Pero vale la pena luchar por esta causa y creo que estamos ganando terreno. Sin embargo, de la misma manera que la atención continua es el precio de la libertad, la vigilancia constante y la necesidad de superar en astucia a los tramposos son también elementos esenciales de la lucha contra el dopaje.
Otra de las amenazas para el deporte y la salud es la inactividad de los jóvenes. Hoy en día, el deporte debe luchar por captar la atención y el interés de los jóvenes, especialmente en los países desarrollados. El resultado es el aumento de la obesidad juvenil.
Compartir los beneficios del deporte con los jóvenes y animarles a participar siempre ha sido una de las misiones clave del Movimiento Olímpico. Pero, aunque los objetivos sigan siendo los mismos, los retos a los que nos enfrentamos cambian. No cabe duda de que, en muchas partes del mundo, nuestros esfuerzos por acercar el deporte y los valores deportivos a la población se ven obstaculizados por las privaciones, aunque en el futuro tendremos que hacer frente a otros elementos que alejarán a los jóvenes de los valores que inspira el deporte y de los beneficios físicos que éste lleva consigo. En otros lugares, al contrario, el reto consiste en preservar la importancia de los valores olímpicos frente a la superabundancia y al exceso de opciones. Por eso hemos intentado adoptar un nuevo enfoque para motivar a los jóvenes con el lanzamiento de los I Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur el próximo agosto. No se trata de unos Juegos Olímpicos en miniatura, sino de una manifestación que combina deporte, educación y cultura para promover un estilo de vida sano y los valores olímpicos de juego limpio, solidaridad, respeto y amistad.
En Copenhague dedicaremos una gran parte del tiempo a buscar otras maneras de aplicar los valores olímpicos.
Estudiaremos las opciones que tiene nuestro movimiento para mejorar la transparencia y la responsabilidad, examinaremos el papel del Movimiento Olímpico en la promoción de los valores, trabajaremos para salvaguardar la importancia de los Juegos, evaluaremos los costes y el tamaño de las manifestaciones y debatiremos sobre lo que podemos hacer para apoyar el deporte en las naciones en desarrollo. Pero, sobre todo, reflexionaremos sobre nuestras obligaciones para con los atletas.
En los últimos años hemos adoptado una serie de medidas para ayudar a los atletas en la etapa de transición entre la competición y la vida profesional y personal, pero todavía nos queda mucho que hacer. Los atletas están en el corazón de nuestro movimiento. Su dedicación, su autodisciplina y su respeto por las normas y por sus adversarios les convierten en modelos a seguir.
Nos dan lo mejor de sí mismos. Por ello, tenemos que hacer lo posible para que tengan la oportunidad de vivir una vida plena y productiva más allá del campo de juego y de las aclamaciones del público.
Los debates sobre estos temas empezarán el día después de la elección de la ciudad anfitriona de los Juegos de 2016. No puedo vaticinar el resultado, así que estoy tan ansioso como el que más por conocer el nombre de la ciudad ganadora. Será un momento muy emocionante, pero no será el final de los acontecimientos de Copenhague, al menos para la familia olímpica.
Los debates ayudarán a determinar si el Movimiento Olímpico puede seguir manteniendo su viabilidad e importancia durante otro siglo más. Los fundadores del Movimiento Olímpico moderno del siglo XIX tuvieron que actualizar los Juegos y sus valores. Pero también nosotros tenemos una importante tarea que realizar si queremos sacar provecho de todos los beneficios que los Juegos Olímpicos pueden aportar a la humanidad.
Jacques Rogge es el presidente del Comité Olímpico Internacional desde 2001.
Fuente: el pais.com
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La delegación de Madrid 2016 acababa de aterrizar en el aeropuerto de Copenhague. Tres horas de vuelo con la ilusión intacta. Las portadas de los periódicos hablaban de la corazonada y todos sus miembros arrastraban la resaca de la gran fiesta de Cibeles. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y su mano derecha, Manuel Cobo, esperaban a que salieran sus maletas por la cinta transportadora cuando un colaborador les dio la noticia: "Viene Obama". Torcieron un poco el gesto. Desde hace semanas, la candidatura española barajaba la idea de que el presidente de Estados Unidos se presentaría en la asamblea del Comité Olímpico Internacional (COI) el último día. No sólo eso. Subirá al estrado junto a su esposa para pedir el voto para Chicago.
Más de 100.000 personas han querido mostrar su apoyo a Madrid 2016. Toda una ciudad se ha reunido alrededor de la madrileña Plaza de Cibeles en la fiesta convocada por el Ayuntamiento. El objetivo, mostrar al mundo que nunca una ciudad candidata tuvo tanto apoyo popular en la historia olímpica. Una marea humana ha representado el mosaico más grande del mundo rodeando la mano coloreda, el emblema de la candidatura madrileña. - AGENCIA ATLAS
El grupo recogió sus idénticas maletas rojas y salió a la calle. Sin grandes emociones. En la puerta del aeropuerto, Gallardón restó importancia a que el líder más carismático del mundo dé la cara por una de las rivales de Madrid. "Que venga Obama da emoción a la cosa. Vuelvo a recordar que de todos los jefes de Estado el único que puede llamar compañeros al resto de los miembros del COI porque ha sido deportista olímpico es el Rey de España", destacó el alcalde.
Ésa es la postura oficial. De puertas adentro, "la cosa", como la llamó Gallardón, preocupa un poco. Si Obama se desplaza a Copenhague, creen en la delegación, impulsará fuertemente a Chicago. Una candidatura que se encontraba en horas bajas y que cobra un renovado brío gracias al anuncio del presidente de su país. También, pese a todo, el COI tiene una cuenta pendiente con Estados Unidos tras los problemas de seguridad de Atlanta 1996 y el escándalo de corrupción de Salt Lake City 2002. "Claro que pensábamos que podía venir. Pero seguimos con nuestra carrera sin mirar a los demás", dijo el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky.
Tras la noticia del aeropuerto, la delegación se marchó al hotel. Lluvia y frío. Algunos se resguardaron en un pub para hacer tiempo hasta la primera reunión "para preparar la estrategia de estos días". En la plaza del Ayuntamiento, un panel electrónico gigante anunciaba la llegada de Obama. Su presencia sorprendió a todos. Y ése era el plan. "Han manejado muy bien los tiempos y han sabido jugar con la incertidumbre de si venía o no. Pero precisamente eso puede molestar a algún miembro del COI", dicen desde la candidatura madrileña.
La última vez que un presidente se implicó a fondo con esta votación, su candidatura se llevó el gato al agua. La sombra de Tony Blair, ex primer ministro de Reino Unido, paseaba ayer por Copenhague. Su influencia sobre los miembros del COI hace cuatro años le valió a Londres sus segundos Juegos. Sin embargo, Obama llegará la noche antes de la asamblea y apenas tendrá tiempo de desplegar sus encantos. Además, a diferencia de Blair, no podrá garantizar financieramente el proyecto de Chicago, ya que está diseñado con fondos privados. "Por eso creemos que es una visita más testimonial, que tendrá un efecto mediático. Su presencia no da la victoria a Chicago de salida en absoluto", sostuvo el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. La esposa del presidente, Michelle Obama, llegará el martes. Ella es la encargada de reunirse con los miembros del COI para tratar de convencerles de las bondades de Chicago. Ese asalto final estará aliñado con las conversaciones de pasillo, en las que habrán participado la estrella de la televisión Oprah Winfrey y el ex atleta Michael Johnson.
Hoy, la delegación española realizará el primer ensayo general en tierras danesas. La prueba será en el Bella Center, el recinto de convenciones que albergará la ceremonia del viernes. Todas las candidaturas podrán pulir los últimos flecos de su puesta en escena. Pero, de momento, las sensaciones son las mismas. Una lucha muy apretada en la que Río llega como un tiro y en la que Madrid tiene un proyecto sólido y casi terminado que le da garantías en una situación de crisis mundial. Un escenario en el que Tokio está pasando de puntillas, pero reforzando las relaciones diplomáticas. Y ahora, además, con Obama en Dinamarca, se avecina una foto para la historia en la votación.
El presupuesto de Río de Janeiro se dispararía hasta los 7.600 millones de euros en caso de celebrar los Juegos Olímpicos de 2016, muy por encima de los 2.350 presupuestados por Madrid, los 1.430 de Tokio o incluso los 705 de Chicago, aunque la ciudad estadounidense no ha incluido en su proyecto, al revés que las demás, partidas relacionadas con mejoras en aeropuertos, carreteras, alojamientos o servicios médicos.
El primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, elegido en agosto, viajará con la delegación de Tokio 2016 a Copenhague, según anunció Ichiro Kono, presidente del proyecto nipón: �Se lleva a Copenhague el apoyo de más de 100 millones de aficionados apasionados de nuestro país y una garantía total para el COI, lo que sabemos que es extremadamente importante en estos tiempos difíciles�.
En caso de que Madrid finalmente acogiese los Juegos de 2016 las entradas para presenciar la ceremonia de apertura en el estadio de La Peineta costarían entre 335 y 575 euros. Un precio mucho más módico que el que habría que desembolsar si Chicago es la ciudad elegida (entre 355 y 1.125 euros) y por encima de las entradas más baratas de Río de Janeiro (de 135 a 685 euros) y Tokio (entre 158 y 950 euros).
Fuente: el pais.com
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Miguel Ángel Jiménez Parejo, dorsal 94, resultó vencedor de la prueba. En la foto se alimenta durante la carrera Foto: ROBERTO RUIZ (eldiariomontanes.es) |