El escritor Carlos Fuentes durante la presentación en Madrid de su libro 'En esto creo', en 2002. 
Padeció la angustia y el dolor pero no estuvo triste una mañana. Esa  frase de Ernest Hemingway sirve para describir la peripecia vital de  Carlos Fuentes, el novelista mexicano que murió este martes en México,  su país, aunque nació en Panamá, a los 83 años.
Padeció la muerte de sus dos hijos, y esa desgracia sucesiva, que  superó con la entereza que compartió con Silvia Lemus, su mujer, se  integró con enorme dramatismo en algunos de sus últimos libros; pero su  voluntad de hierro, así como su salud, le permitieron superar el impacto  de las desapariciones dramáticas de sus hijos Carlos y Natasha.
Su resistencia era la de un atleta, pero el corazón iba acogiendo  esos impactos hasta que ayer ya no pudo más; su fortaleza física, que  fue también su fortaleza literaria, fue vencida por la edad del tiempo,  esa metáfora en la que él puso su empeño como escritor y también como  respuesta civil a un siglo de México y de la humanidad.
Esta semana aún estaba en Argentina, visitando la feria de Buenos  Aires. Ahí anunció nuevos proyectos; explicó (en declaraciones a  Francisco Peregil) que mientras tuviera proyectos, y los tenía a  puñados, jamás sometería su vida a la melancolía de la muerte...
Fuente: http://cultura.elpais.com

 
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