Acabo de volver de vacaciones y me he encontrado con un correo, en el que Enrique Arroyo del Corral me comunica que nuestro querido amigo Antonio Obra Ramiro ha fallecido. Lo siento, lo siento mucho y le deseo que descanse en paz.
Conocí a Antonio el año 1966 cuando empecé a trabajar en CASA. Él fue uno de mis primeros compañeros, me ayudó a dar mis primeros pasos en el difícil mundo laboral. Durante más de cuarenta años ha formado parte de mis buenos recuerdos, como parte de aquel grupo que me acogió con cariño, en una etapa complicada de mi vida.
Mi más sentido pésame a toda su familia y especialmente a su hijo Antonio.