Escrito por Amalia Rodríguez y Cristina Artiga 
En la librería Bertrand de Barcelona y auspiciado por la Comunidad de Cataluña de la ELP se presentó el libro de Miquel Bassols, Llull con Lacan. El amor, la palabra y la letra en la psicosis (Editorial Gredos, colección “Escuela lacaniana de psicoanálisis”, Madrid, 2010).
Introdujo el acto Juan Ramón Lairisa, Director de la Biblioteca del Campo Freudiano de Barcelona. Tras hacer una breve semblanza de los participantes en la mesa -Jose Enrique Ruiz-Domènec, prestigioso medievalista de la Universidad Autónoma de Barcelona, Antoni Vicens,  psicoanalista, AE miembro de la ELP, profesor de la misma universidad, y  el propio autor- situó la importancia de este exhaustivo trabajo,  inicialmente presentado como tesis doctoral en el Departamento de  psicoanálisis de la Universidad de París VIII, bajo la dirección de  Jacques-Alain Miller.
Como señaló Lairisa, Miquel Bassols muestra en su tesis la virulencia del logos  sobre el gran creador del catalán literario que fue Ramon Llull  (1235-1315) poniendo de manifiesto los efectos parasitarios del lenguaje  sobre el ser viviente. En intrincado paralelo con el caso Schreber  freudiano, que retoma Lacan, la desbordante escritura luliana muestra al  lector la estrecha relación entre la estructura del lenguaje y el goce  en el cuerpo. 
De ello, la intervención de Antoni Vicens fue una preciosa muestra  que hacía audible el poder creador de la palabra, su potencial generador  de la cosa misma. Si esa palabra es palabra de amor, hace surgir algo  nuevo. El parlêtre, enzarzado en esas redes, se encuentra con  que, una vez dicha esa palabra de amor, algo de sus efectos ya circula,  genera un mundo, queda escrito. En su Libre de Meravellas Ramon  Amat (ése es su nombre, su patronímico, el Nombre del Padre que retorna  en lo real de su obra) sostiene que Dios creó el mundo por amor. En su  apasionada búsqueda de la verdad, este sorprendente mallorquín medieval,  paradójico heterodoxo del Uno, va de la duda a la increencia (Unglaube)  para extraer finalmente un pedazo de certeza. Su escritura, una suerte  de mística de la distancia, interesa a ese pescador de palabras que es  el analista...