
Foto: wikipedia.org
Selección Española Berlín 2009
DOSSIER
SELECCIÓN ESPAÑOLA
Fuente: rfea.es
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Ángel Cruz
Estoy en el mejor momento de mi vida, o así me veo yo. Lo que pasa es que en el Mundial se hacen tres carreras. A ver si aguanto bien hasta la tercera. ¿Qué le parece a usted?
Pero es que estos son unos Mundiales. Hay cinco chicas por bajo de cuatro minutos.
Jamal es la más fuerte, seguro. Pero no hay que olvidar a las rusas. Ella estaba muy fuerte en los Juegos Olímpicos y luego fue quinta, así que nunca se sabe. (Maryam Yusuf Jamal compite con Turquía, pero nació en Etiopía y es la actual campeona mundial).
También hay que tenerla en cuenta para las medallas. Nos hemos apoyado las dos y podemos estar por bajo de los cuatro minutos. Creo que nunca se ha dado en la historia el hecho de que dos atletas podamos bajar al mismo tiempo de esos cuatro minutos. Y no hay que olvidarse de Iris Fuentes-Pila , que espero que lo haga muy bien. Las tres podríamos estar en la final.
Ellos son más y tienen mucha gente joven por detrás. Eso nos falla a nosotras. Pero las primeras estamos a su nivel.
Marujeamos un poquito. Que si yo le cambio los pañales, que si no se qué... Tenemos niñas. Así desconectamos de los 1.500 metros. La mía se llama Candela, así que a ver si les doy candela a todas... (Risas encantadoras).
Fuente: as.com
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Sólo en Berlín las frías y áridas orillas de un río canalizado pueden convertirse en una playa jamaicana, con barbacoa, disc jockeys reggaes y red de voley playa incluidas; sólo en Berlín las duras tapias de hormigón armado, reliquias de un muro kilométrico que dividió la ciudad durante 28 años y creó una estructura urbana dominada por los descampados y las tierras de nadie, pueden convertirse en lienzos donde gente moderna, equilibristas sobre la finísima línea que separa el arte del marketing, muestra sus aptitudes; sólo en Berlín, a ritmo de hip hop, en una playa artificial engendrada a orillas del Spree junto a los últimos vestigios del muro, cerveza Red Stripe para todos, puede la determinación de convertirse en leyenda del hombre más rápido del planeta, unas puma naranjitas a lo Jeff Koons nerviosamente en sus manos, tomar más sentido sagrado, de promesa religiosa. En Berlín, donde Jesse Owens, un negro de Alabama, nieto de esclavos, hijo de un recolector de algodón, derribó, con tres carreras y un salto, todo el entramado apolíneo-helenístico-ario con que Hitler quiso trascender sus Juegos Olímpicos, el himno a la pureza étnica; en Berlín, donde mañana, 73 agostos después, comienzan los Mundiales de atletismo, donde Usain Bolt, en el mismo estadio, en una pista azul ahora, continuará construyendo su leyenda un año después de los tres oros de Pekín. Donde Owens ganó cuatro medallas de oro olímpicas. A la sombra de Owens. "Sé lo que hizo Owens", dijo Bolt. "Hizo cosas maravillosas".
Bolt: "Sé lo que hizo Owens en este estadio; hizo cosas maravillosas"
El plusmarquista mundial dice que siempre está feliz antes de competir
El jamaicano es tan grande, tan alto, que hasta cuando se imita a sí mismo es grande
Gay asegura que tiene el récord "en la cabeza" y que ha mejorado su salida
La trascendencia es ahora un eslogan comercial, un concepto de imagen -transcendencia, dice el jefe de Puma, y habla de la comunión entre el estadio y la calle, en los miles de niños jamaicanos que se pasan el día corriendo en cualquier parte- que se traduce en mayores ventas de zapatillas y camisetas, en la transformación del atleta, antaño el dios del estadio, en un imitador de sí mismo. Pero Bolt es tan grande, aparte de tan alto, casi dos metros, aparte de tan rápido -récord del mundo en los 100 metros, 9,69s, y eso que se paró antes de terminar; en los 200 metros, 19,30s-, que hasta su imitación de sí mismo -apareció ante los fotógrafos con dos brazos de plástico amarillo pegados a su espalda en la posición de su marca de fábrica para celebrar sus victorias- es grande, no una patochada. "Siempre estoy feliz antes de competir. Me gusta divertirme y bailar hasta que pueda", dijo el jamaicano, de 22 años, con su voz increíblemente grave, profunda. "Siempre intento al máximo ser el más cool, pero cuando el juez grita on your marks soy otro".
Cuando el juez con una pistola entre las manos le manda que se acople a los tacos de salida, Usain Bolt no es un chico de fiesta, sino, de nuevo, el hombre más rápido del planeta, diga lo que diga Tyson Gay, el estadounidense que ganó tres títulos mundiales (100, 200 y relevo corto) hace dos años en Osaka y que el año pasado se desvaneció, lesionado, ante Bolt en Pekín. Gay ha regresado, llega a Berlín con las mejores marcas del año, ha corrido más rápido aún que Bolt (9,77s en los 100 metros frente a los 9,79s, lluviosos, del jamaicano en París; 19,58s en los 200 frente a 19,59s) y se ha postulado como el gran rival. "Será una pelea. Si para ganar el Mundial hay que correr en 9,60s y batir el récord mundial, lo haré, haré lo que haga falta para ganar", dijo Gay, en una más sobria rueda de prensa berlinesa sobre su primer enfrentamiento con Bolt, los 100, cuya final es el domingo (21.35h). "Tengo el récord del mundo en la cabeza. Y para ganar a Bolt sé que tendré que estar a su nivel en los 30 primeros metros, cuando avanza con su enorme zancada avasalla, y para eso he mejorado mi salida, y llegar relajado a los 20 últimos". "Pero no, esto no será una pelea, sino una competición", corrigió Bolt a Gay. "Estoy preparado. Y no sé si habrá récords. Para mí, este año lo más importante es ganar títulos y en ello me concentraré. El año próximo, que no hay grandes competiciones, me centraré en los récords".
Bolt, sus gentes, sus creadores de imagen, no dejan nada al azar. El color naranja de fosforescente de sus zapatillas está escogido para destacar, sobresalir, sobre el azul de la pista; sus palabras, las palabras del chico que en abril debió cortar su preparación porque tuvo un accidente con su BMW, que conducía con chanclas, y se clavó unos pinchos en el pie al salir del coche, están tan medidas que parecen ensayadas y hasta pasan, como flotando, sobre los diversos problemas del equipo jamaicano, la rebeldía de Asafa Powell, los positivos de cuatro compañeros, que para él no son nada. "No puedo predecir el podio", dijo. "Espero estar en lo más alto, pero no puedo predecir nada. Hay que tener confianza, y la tengo, pero sin pasarse, todo exceso es malo". Lo cual no quiere decir que no se considere el mejor. "Sí, definitivamente, soy el más rápido", afirmó. "Y sí, tengo preparado un baile nuevo para celebrar mi victoria". La leyenda, la religión, lo sagrado, Owens, son otro mundo. Esto es Berlín, claro.


A. Delmás
Arrancando en la T-4 de Barajas antes de las 09:00 horas, el vuelo IB-3588 dejó en Berlín-Tegel al primer gran grupo de mundialistas españoles. Las tres esperanzas en 1.500 metros, Reyes Estévez, Juan Carlos Higuero y Arturo Casado, se juntaron en una sola fila de asientos. En la expedición, Marta Domínguez, mejor marca mundial de 2009 en 3.000 metros obstáculos, manejaba la difícil naturalidad de quien se sabe entre las favoritas y lo acepta: "La marca no significa nada aquí. Pero será una carrera rápida. Hay cuatro rusas: de ellas, temo a Samitova, por su rapidez, y a Volkova, por lo cerebral. Ojo a las americanas: vienen muy tapadas, son rápidas, y este año han respondido bien siempre".
En efecto, la estadounidense Jenny Barringer, campeona nacional y universitaria, ha batido el récord de América de la distancia y no ha perdido una sola carrera.
Paquillo Fernández, que asalta mañana mismo los 20 km marcha, ha ido entrenándose en el complejo polaco de Spala, cerca de Cracovia, a las órdenes de su técnico, Robert Korzeniowski.
Ya por la tarde, Paquillo llegó al Hotel Estrel, con los españoles, con estas declaraciones: "He padecido algunos problemas musculares, pero me he podido entrenar con normalidad, en un clima parecido al de Berlín. Quizá llego sin la chispa que me caracteriza y sin ser favorito, pero tengo ganas de volver al podio".
Y lo mejor: sin el ecuatoriano Jefferson Pérez, ya retirado, a la vista.
Fuente: as.com
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Manuel Martínez, capitán de la selección española de atletismo, declaró su propósito de regresar, ocho años después, a la final de unos campeonatos del mundo, para lo cual calcula que habrá de lanzar 20,50 metros en la calificación de peso, este sábado.
"Parece que las medallas es lo único que existe. No se valora el trabajo y el sacrificio que hay detrás de cada atleta"
"Estoy bien, no tremendamente bien, pero en el mejor momento de los últimos cuatro años. Tengo confianza en volver a ser competitivo y eso, siendo realista, significa luchar por estar entre los ocho mejores", indicó el leonés, que en los Mundiales de Edmonton'01 obtuvo el cuarto puesto en la final.
Desde entonces no ha logrado superar la calificación en los campeonatos del mundo. "Aquí estará muy difícil, a una hora intempestiva (10.05). Siempre se quedan fuera uno, dos o tres favoritos". "Las medallas", continuó, "estarán carísimas porque este año hay un nivel estratosférico en peso, con doce por encima de los 21 metros y uno (el polaco Tomasz Majewski) cerca de los 22 (21,95)".
Con respecto al nivel actual del atletismo español, Martínez consideró que España "no puede pretender ser una superpotencia porque el atletismo no es un deporte básico en nuestra sociedad". "Venimos de una edad de oro en la que ha habido grandes atletas y grandes éxitos. Ahora estamos en un periodo de cambio, pero hay jóvenes que están empezando a salir. Lo que pasa es que parece que las medallas es lo único que existe. No se valora el trabajo y el sacrificio que hay detrás de cada atleta que acude a unos campeonatos del mundo", afirmó.

La etíope Tirunesh Dibaba, campeona olímpica y mundial de 10.000 metros, ha renunciado a defender su título en los Mundiales de Berlín y su marido Sileshi Shihine, dos veces subcampeón olímpico, ha seguido su mismo ejemplo, en ambos casos alegando una lesión.
Dibaba, que aún confía en competir en 5.000, comenzó la temporada con mucho retraso en su preparación pero en la reunión de Londres, el mes pasado, ya empezó a afinar su puesta a punto y tenía esperanzas de llegar en buenas condiciones a los Mundiales.
"Nos ha dicho que va a hacer todo lo posible por correr, y que va a esperar hasta el último minuto", ha dicho el director técnico de la selección etíope
El director técnico de la selección etíope, Dube Jillo, afirmó que la baja de ambos atletas "es un duro golpe para las previsiones de medallas del equipo".
El martes se disputan las series femeninas de 5.000 metros y hasta entonces Dibaba tendrá tiempo de resolver si participa. "Nos ha dicho que va a hacer todo lo posible por correr, y que va a esperar hasta el último minuto", indicó Jillo.
La baja de Dibaba en 10.000 metros no podrá ser cubierta porque competía en virtud de la invitación a que tienen derecho todos los campeones, pero el puesto de Sihine lo ocupará Imane Merga, inscrito también en 5.000.

Usain Bolt se mostró confiado de cara al Mundial de atletismo que se celebrará la próxima semana en Berlín. El jamaicano asegura que su prioridad es ser campeón y que el récord del mundo es algo secundario.
"Estoy tranquilo y confiado. He trabajado bien y he venido para dar lo mejor", dijo el jamaicano.
Interrogado acerca de si se había planteado como meta una marca determinada lo negó y dijo que lo que más le importa es el título de campeón mundial.
"Esta temporada no me puesto una marca como meta, la meta es ganar en el Mundial. Tal vez en la próxima temporada, cuando no haya ningún torneo", dijo.
Los 100 metros, cosa de dos
Luego, admitió que podría correr un tiempo entre su récord del mundo, 9,69, y 9,60 y subrayó que el título se definiría entre él y su máximo rival, Tyson Gay.
"Verdaderamente, se trata sólo de nosotros dos. No veo a nadie más en condiciones de correr nuestras marcas", declaró Bolt.