Josephine Onyia.
Alberto Contador no pestañeó ni un instante en la rueda de prensa que  organizó para defender su versión sobre el positivo por clembuterol en  el Tour de Francia. Todo se debió a la ingesta de un solomillo de  ternera. ¿Raro? No tanto. En la historia de la lucha contra el dopaje  son varios los casos de deportistas que culparon de sus infracciones a  la carne. Una coartada que pocas veces convence a las autoridades  competentes.
El ejemplo más cercano es el de Josephine Onyia,  atleta española de 100 metros vallas que dio positivo al encontrarse en  su sangre entre 0,02 y 0,1 ng/ml de clembuterol en 2008. Una cantidad  inferior a la de Contador (0,05 ng/ml), y por la que fue sancionada en  2009 con dos años de inhabilitación por el Tribunal de Arbitraje  Deportivo (TAS). Onyia alegó que ingerió la sustancia ilegal a través de  una carne contaminada. También había sido controlada positivo en otro  mitin con una sustancia diferente.
El clembuterol y la carne son dos factores que también confluyeron en  la vida deportiva de la judoca china Tong Wen, campeona olímìca en  Pekín en la categoría de 78 kilos. "Ella entrenó en Europa por un  tiempo, y enfermó a causa de los alimentos europeos", explicaba su  entrenadora, Wu Weifeng, hace unos meses. "Así que nosotros le dimos muchas chuletas de cerdo cuando regresó para prepararle para el Campeonato del Mundo en Rotterdam, en 2009", añadió.
La entrenadora de la judoca china Tong Wen, actual  campeona olímpica de la categoría de 78 kilogramos y que fue sancionada  con dos años tras dar positivo en un control antidopaje por clenbuterol,  aseguró que esta infracción se debe a un exceso de chuletas de cerdo.  Tong Wen fue castigada con dos años de sanción.
Otro caso sonado de alimentación con efectos dopantes fue el de los nadadores David Meca e Igor Majcen.  Según alegaron, habían comido en Salvador de Bahía, durante la  celebración, en 1999, de la Copa del Mundo de largas distancias, un  plato típico llamado Sarapatell, que se elabora con carne de cerdos no  castrados y contiene nandrolona, el esteroide anabolizante. El TAS los  suspendió por cuatro años.
Los casos expuestos en este artículos finalizaron con severas penas  para los deportistas que defendieron su inocencia y culparon a los  alimentos que habían ingerido.

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