domingo, 22 de junio de 2008

732. La antorcha olímpica pasa por un Tíbet vacío. Los tibetanos se encerraron en sus casas, ajenos a la ceremonia. China liberó a 1.517 detenidos...


VIGILANCIA ANTE EL PALACIO DEL DALAI LAMA. Policías chinos desfilan en Lhasa, la capital tibetana. Al fondo, el Palacio en el que vivía el Dalai Lama antes de su exilio.

Ángel Cruz

Seguro que es más fácil para la oposición tibetana manifestarse al paso de la antorcha olímpica por las calles de París o de Londres que en el propio Tíbet. La llama llegó ayer a la conflictiva región del Himalaya y recorrió las vacías calles de Lhasa, la capital, vigilada por miles de soldados y policías, ojo avizor a la espera de algún tipo de protesta que no llegó a producirse, según cuentan los corresponsales extranjeros.

La gente se quedó en casa y los pocos, poquísimos supuestos tibetanos a los que pudo verse en las imágenes de la televisión china, agitaban pequeñas banderas sin entusiasmo alguno y con cara de circunstancias... y casi de pena.

Nada que ver con el efusivo recibimiento en las ciudades chinas, ni con los altercados de principios de abril en las capitales francesa y británica, protagonizados no sólo por exiliados tibetanos, sino también por activistas occidentales que protestaban por la política exterior, e interior, del país que acogerá a partir del 8 de agosto, en Pekín, los Juegos Olímpicos.

Precauciones.

Pero como toda precaución es poca para las autoridades, se acortó el recorrido (de tres días previstos se pasó a uno solo) y se extremó la vigilancia. Organizaciones tibetanas habían advertido que iban a hacerse notar, pero, siempre según los periodistas occidentales, la calma fue absoluta. Entre los que habían amenazado con protestas estaban el Congreso de la Juventud Tibetana y la Asociación de Mujeres Tibetanas, según declaró Palma Trily, vicepresidente de la región autónoma. Ninguna de las asociaciones hizo acto de presencia. Los habitantes del Tíbet no podían mostrarse contrarios a la ceremonia, porque la vigilancia policial era intensa y la represión anterior lo había sido también, pero tampoco participaron en los fastos. Resistencia pasiva. En un gesto de buena voluntad, las autoridades chinas liberaron hace tres días a 1.517 detenidos, pero los condenados ascienden a 42 y otros 116 están a la espera de juicio.

Los datos oficiales dicen que la llama fue transportada por 156 personas, en relevos de medio minuto, de las que la mitad eran tibetanos. Con este dato se pretende minimizar la importancia de la resistencia a la política china en la región. El recorrido fue de 9.300 metros y finalizó, simbólicamente, en el Palacio de Potala, en el que residió el Dalai Lama, líder espiritual y político del Tíbet, antes de exiliarse a la India en 1959. El dirigente había pedido calma a los tibetanos y les había solicitado que no interrumpieran el paso del fuego.

El gobierno chino ha responsabilizado al Dalai Lama de los disturbios que han jalonado el gigantesco recorrido de la antorcha, aunque el líder siempre lo ha negado, ha pedido calma a la población e incluso se ha mostrado contrario al boicot a la ceremonia inaugural.

Desde ahora, hasta el 8 de agosto, el recorrido de la llama se convertirá en un paseo triunfal por China. Eso se espera, al menos.

Fuente: as.com

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722. El equipo español masculino, séptimo tras la primera jornada. Copa de Europa - Superliga HOMBRES - Annecy (FRA).

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