miércoles, 16 de abril de 2008

Juanito Oiarzabal se asoma al mejor balcón del planeta. DESDE LA CUMBRE DEL MONTE GOKYO SE CONTEMPLAN VARIOS 'OCHOMILES'


Juanito Oiarzabal
Juanito Oiarzabal hizo cumbre en el Gokyo Peak, una modesta cumbre de 5.480 metros. Modesta para lo que se estila en el Himalaya. Si trasladáramos los cinco mil y pico metros al continente europeo, por ejemplo, estaríamos hablando de un auténtico coloso.Juanito subió al Gokyo para completar una primera fase de aclimatación en busca de encontrar la mejor adaptación posible para atacar, en unos días, las laderas del Makalu (8.463 m.). La dificultad técnica del Gokyo, más allá de la altura, es mínima por no decir nula. Se puede subir sin más ayuda que unos bastones.Según cuenta Juanito desde la misma cumbre, a través del teléfono satélite, la recompensa al llegar arriba es impresionante. Desde la cima, se pueden contemplar hasta cuatro ochomiles: el Cho Oyu, el Everest, el Lhotse y el Makalu, además de otras cumbres. “Hemos disfrutado muchísimo de la vista”, asegura el alpinista. “El tiempo era perfecto, despejado y se veía con nitidez. Incluso, hemos podido ver que hacía mucho viento en los picos porque había demasiada pluma. La pluma es esa nube que se acumula en la misma cumbre. Allá arriba, en el Everest, debía estar soplando de lo lindo. En el Makalu, nuestro objetivo, también. Esperemos que a nosotros nos respete el tiempo”.
En buena compañíaAunque Juanito va solo y no forma parte de ninguna expedición, comparte permiso de ascensión con otros montañeros vascos. Nunca había escalado con ellos pero, por lo que cuenta, han hecho buenas migas. Ellos son Ander Goitia, que cuenta con varias ascensiones en los Alpes, Perú y un intento en 2006 a la cara sur del Sisha Pangma (8.043 m.), por la ruta británica. Carlos Martínez, con ascensiones en los Alpes y Perú. Roberto Rojo, Gorri, ha hecho ascensiones en los Alpes, en Sudamérica, en Alaska y tiene cumbres en el Broad Peak (8.047 m.), en el Nanga Parbat (8.125 m.) y un intento también al Sisha Pangma, por la ruta británica, en otoño de 2007.En breve se unirán a otro grupo de montañeros vascos, pero no van a tener dependencia unos de otros. “Yo voy a mi aire”, dice Juanito. “No tengo que dar explicaciones a nadie ni ponerme de acuerdo con nadie. Cuando me apetezca, tiro para arriba. Tengo mi sherpa de altura y mis porteadores. Siempre me ha gustado disfrutar de los compañeros, de mis amigos, pero esta vez va a ser distinto”.
(publicado en marca.com)
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